La pena de no haber conocido Italia con veinte años. Mas que nada por constatar sin traumas la pequeñez de nuestro mundo español. E incorporar cuanto antes la necesidad de mejorar para acercarnos a los grandes. La sensación de minusvalía que se instala en mí mientras zureo al lado de estos maestros de la arquitectura, de la pintura, de la forma de vestir y de vivir. Tal vez solo la cocina sea mejor en España. Las ciudades del norte de Italia, la Lombardía, el Piamonte y el Véneto tienen una gran influencia centroeuropea. Así que se les ve a todos muy disciplinados, muy aquilatados, muy teutoncitos. Aunque nada les revuelva mas la digestión que la palabra "tedeschi". Las autopistas. No son cualquier cosa las autopistas en esta parte de Italia La autopista Milán Venezia. La autopista Milán Roma. Dos espectáculos impresionantes. Un inagotable tráfico de noche y de día. Y una inmensa colección de camiones trailers. En mi vida he visto tantos camiones juntos. Kilómetros y kilómetros de camiones de las mas distintas nacionalidades y cargas circulan las 24 horas por estas autopistas del valle del Po y alrededores. Se cuenta y uno siente que no está trasladando bien la magnitud de esta epopeya del transporte por carretera. Parece como si en Italia no hubiese trenes de carga ni barcos ni aviones o que todo lo controlase la Mafia.
También decir que oculta entra las nieblas que rodean Milán hemos descubierto la muy coqueta ciudad de Bergamo Solo Bergamo la ciudad alta de Bergamo tiene mas arquitectura que cualquiera de nuestras ciudades monumentales. Impresiona Bergamo tan solemne en sus partes nobles. Y tan provinciana en lo cotidiano. Anoche que era noche de fiesta, las calles principales parecían la Piazza Cavour de Rimini Allí por donde corría aquel motorista desnortado impresionando a Felllini y a la Gradisca. Uno de los grandes placeres de los italianos es pasear pavoneánodose por sus excelsas calles comerciales. Y al acabar la tarde, tomarse un campari.
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Escribe Carlos Boyero sobre la película Un largo viaje, que habla de un prisionero inglés torturado por los japoneses. Creo que era el soldado en el que se basó El puente sobre el río Kwai:
"Y la segunda parte, que describe el encuentro de la víctima con su antiguo torturador, me provoca cierto estupor. El antiguo sádico ha sido redimido, sufre inconsolablemente por la barbarie que practicó con gente indefensa, la surrealista excusa para su comportamiento es que sus superiores les engañaron asegurándoles que iban a ganar la guerra. Y sé que el perdón y la reconciliación quedan muy bien en el cine melodramático. Y que hay que olvidar los antiguos horrores en nombre de la convivencia. Y que el director nos está contando lo que ocurrió en la realidad. Pero no acabo de entender las razones de ese perdón. No debería existir jamás para los que han practicado esa forma superior de la abyección llamada tortura. Esos monstruos tan humanos no se redimen nunca. Si la venganza no es posible, al menos que funcione la justicia."
Buenos días y buena suerte
ResponderEliminarMagnífico artículo una vez más.
ResponderEliminarch
Me gusta que ponga citas de Boyero, JJ. Así sólo tengo que leer la mitad del post.
ResponderEliminarTerreiro
Del anterior. Sarapo, no sé de ningún libro de artículos de Burguess. Yo lo leía en El Pais. Me parece que publicaba los sábados o domingos, cada quince días o así, en Opinón.
ResponderEliminarP.
Pues yo conocí Italia demasiado pronto. A los catorce. Un viaje Madrid-Yugoslavia con mis padres, mis hermanas y un perro, todos metidos en un coche. Un mes duró el viaje, con paradas en la Costa Brava, Cannes, San Remo, Milán, Venecia, y la costa de Croacia. Hicimos el viaje en julio y sin reservas de hotel, con lo cual, sólo encontrábamos habitación en hoteles de lujo, porque los hoteles por horas estaban descartados. Lo que gastaron mis padres en la Europa cara lo ahorraron en Yugoslavia, donde el alquiler de una casa junto a la playa durante quince días costaba lo mismo que una noche en una suite familar del Miramare de San Remo, entonces en su buena época. Tenía la edad límite para disfrutar aún con mis padres en un viaje. Y lo pasamos bomba.
ResponderEliminarP.
Con diecinueve. Paso del Ecuador de la carrera de Medicina. Cannes, Pisa, Roma, Florencia, Venecia y Milán. Fotos en blanco y negro y en color. Memoria: En Florencia compré un pañuelo verde de seda para mi primer amour fou.
ResponderEliminar“Tenía la edad límite para disfrutar aún con mis padres en un viaje”
He hecho un viaje con mi hijo ( tiene el doble de la edad que tenías) en el que he disfrutado y lo he pasado casi como cuando fui a Italia la primera vez.
Sí, bueno. Me refiero a esa etapa adolescente en que todo lo relacionado con los padres aburre. Luego se recupera la sensatez. Ya se sabe que la adolescencia es una pequeña enfermedad.
EliminarP.
Mondoñedo.
ResponderEliminarGracias por el enlace. El sábado la chica que me puso el descafeinado en La Fonte Bella me habló de Cunqueiro y de Folgueras. Mondoñedo ha pasado a ser uno de mis pueblos preferidos.
ResponderEliminarEspero, maestro, que el Campari sea con ginebra y soda, a razón de un tercio de cada. Y bastante hielo. Magnífico. Y sí: sólo la comida (y, dicho en general y haciendo abstracción de los magníficos Pinot Griggio del norte, los vinos) son mejores en esta hija ácrata, aunque creyente, de los romanos que es España.
ResponderEliminarEl jefe en Madrid (yo también) y esto vacío...
ResponderEliminarArmas, gérmenes y acero. Muy bueno.
ResponderEliminarDioses, tumbas y sabios. Hay que ser un genio, o Indiana Jones, para hacer de la seria arqueología un libro divertido y entretenido.
M.A. es usted muy díscolo. En este blog siempre se recomiendan películas, novelas y series. Que yo recuerde es usted el primero que recomienda un ensayo.
ResponderEliminarPor lo visto, “Armas, gérmenes y acero” es muy bueno. No es un libro reciente, se puede considerar un clásico, por eso me llama la atención que M.A. lo haya leído al mismo tiempo que Pseudópodo. Pseudópodo es un físico que escribe sobre muchas cosas. Pseudópodo es mi hombre en INTERNET. Descubrí su blog cuando comencé el mío hace ya cinco o seis años y desde entonces lo sigo con una fe quizás desmedida. Una fe un poco desproporcionada como todo lo mío. Como todo lo mío en lo que a pasión se refiere, quiero decir. No estoy hablando ahora de desproporciones en mi anatomía, tema que dejamos para otro momento.
La reseña que Pseudópodo ha hecho de “Armas, gérmenes y acero” está aquí.
http://pseudopodo.wordpress.com/2013/10/09/armas-germenes-y-acero-el-planteamiento/
Y la segunda parte de la reseña está aquí.
ResponderEliminarhttp://pseudopodo.wordpress.com/2013/10/14/armas-germenes-y-acero-el-argumento/
Lean a Diamond (el autor del libro), pero si tienen que elegir -por falta de tiempo- entre a Diamond o seguir a Pseudópodo, no lo duden. Sigan a Pseudópodo.
Me gustaría poder decir algo sobre "Dioses, tumbas y sabios" pero ni puta idea.
ResponderEliminarComo ustedes, lo que he leído en la wikipedia.
Perdón, perdón, que a lo mejor ustedes ya conocían ese libro y otros muchos sobre arqueología.
Perdón, que se cree uno que todo el mundo es como uno y luego se lleva muchas sorpresas.
A veces la sorpresa es que son más tontos que uno, si cabe.
Pero no es el caso de este blog, of course, of course , of course.
Dioses, tumbas y sabios es libro leído en el bachillerato superior y, claro, no anda por mi casa; alguien se lo quedaría cuando me fui de la de mis padres. Me han picado y quiero volver a leerlo.
ResponderEliminarArmas, gérmenes y acero es de hace menos y sí está en casa. Muy bueno.
A mi la Historia siempre me gustó y la buena divulgación más. En vez de estudiar me ponía a leer, y como lo hago deprisa y tengo mala memoria he salido así de burro.
Obsérvese la finura con la que cat da una de cal y otra de arena. Nos muestra su sabiduría y al tiempo su ignorancia (o es su humildad lo que nos muestra).
ResponderEliminarPrimero nos dice que ya leyó los dos libros. Uno en su lejana juventud. El otro más recientemente. Pero luego nos explica que debido a su mala memoria tampoco vayamos a creer que se acuerda de todo.
Óle tus huevos.
Yo leí en su tiempo "Sobre héroes y tumbas" de Ernesto Sábato.
ResponderEliminarPero supongo que no tiene nada que ver. ¿O fue "El túnel" lo que leí y quise leer -pero no lo hice- "Sobre héroes y tumbas"?
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
ResponderEliminarJoer, que algunos aunque los leímos no somos capaces de decir gran cosa de ellos, salvo el consabido me gustó o no.
ResponderEliminarNo se me ocurrió otra cosa. Está esto tan escaso.
Yo leí la Biblia ¿eso se cuenta como arqueología?
ResponderEliminarTerreiro
No. La Biblia es fantasía. Hasta salen orcos, o son demonios?
ResponderEliminarM.A.
El de Ceram lo leí con 17/18. Luego lo perdí y por esos misterios con vida propia apareció 30 años después. Estuvo mucho tiempo descatalogado. Veo ahora que hay edición del 2001, e Internet por supuesto. Tengo una segunda parte, que por algún lado andará, dedicado a los hititas y sus guerras con Egipto.
ResponderEliminarDe Diamond está por ahí sin leer “¿Por qué es divertido el sexo?”. No estoy seguro de que necesite saberlo. Siguiendo los enlaces de Loia aparece un documental de National G. sobre “Armas, gérmenes y acero”. Está en la red. Lástima, me hubiera ahorrado el libro.
Ahora comencé “Una parte del todo” de un autor australiano (lo dejé) y “Algo va mal” de Tony Judt (sigo con él).
¿Cuál será la relación entre tontería y lectura; directa o indirectamente proporcional?
ResponderEliminarJoder, y yo creyendo que la Biblia era uno de los textos fundamentales para entender el mundo pasado y el moderno y he estado perdiendo el tiempo.
ResponderEliminarTerreiro
¡Estos chandlerianos! La pregunta era si contaba como arqueología. La Biblia es divertidísima. Y el futuro. Los conciertos en los bares se sustituirán por lecturas del antiguo testamento. Las virtudes teologales harán media con las integrales y la biología.
ResponderEliminarM.A.
De pequeño me gustaba el Antiguo Testamento. La hermana mayor de mi padre tenía un album de cromos del año de maricastaña con todos los personajes relevantes. Para ella, en su infancia, debía de ser como la Pronto, con sus cromos adhesivos de Justin Biever.
ResponderEliminarP.
Lo bueno es que ese album, y un montón más, como uno de Pueblos de la Tierra que a mí me encantaba, todavía los conserva. Cualquier día me paso pos su casa, los cojo y los vendo en ebay.
ResponderEliminarP.
Hice uno de animales. Desde entonces el tucán es mi pájaro exótico favorito.
ResponderEliminarDe Diamond recomiendo "Colapso".
ResponderEliminarDos conceptos que empiezo a detestar: relato y reinventar.
ResponderEliminarBT
Dos conceptos que empiezo a detestar: relato y reinventar.
ResponderEliminarBT entonces aborrecerás a Cercas...
Yo hice una de animales de Rodríguez de la Fuente. Y otra de la Biblia con impresionantes cromos dobles.
ResponderEliminarM.A., en Valladolid los conciertos en los bares están prohibidos por orden gubernativa. En mi bar había concierto todos los jueves y nos jodieron pero bien.
Terreiro
¿Lo ve, lo ve? Si es que no me toman en serio.
ResponderEliminarAlgunos de mis mejores recuerdos los tengo escuchando música en directo, en un pub de Piedras. No me pregunten por qué lo llamábamos pub. Un pub no era un bar, no era un chigre, no era una cafetería, era otra cosa. Era… un pub. Está claro, no?
M.A.
¿Un chigre?
ResponderEliminarM.A., yo tengo maravillosos recuerdos de los conciertos del Honky Tonk de Madrid, en cuyo sótano tocaban al menos una vez cada quince dias los Flying Gallardos, un grupo que tocaba rithm and blues formado por los músicos de Los Secretos más algún invitado sorpresa.
ResponderEliminarP.
Tambien era un pub.
ResponderEliminarP.
Ayer mi pequeño mini yo, que se parece cada vez más a su mami, me ayudó a hacer albóndigas que cenaremos hoy. Dejamos la cocina hecha un campo de batalla, pero las albóndigas están de muerte. Quiere guardar dos para llevárselas a sus primos cuando volvamos a Asturias. A ver cómo le convenzo de que no es una buena idea.
ResponderEliminarP.
¿En Bohemios tocaba alguien más que Jerónimo Granda?
ResponderEliminarCuatro mataos como él, porque tocar, lo que se dice tocar, Jerónimo no tocaba. Música. De lo demás, lo que le dejaban. Como todos.
ResponderEliminarNo era Bohemios, quedaba para el otro lado de la general.
R&B y soul. El jazz era muy intelectual para mí.
Chigre.
Y todo esto sirve para decirles que hoy es el día del pan. Por cierto BT, ¿ha visto el anuncio de Nutela?
M.A.
Diamond tiene nuevo libro. Beevor también. Dos tochos de 600 páginas. Compré la última esperanza blanca americana. Ben Lerner, “Saliendo de la estación de Atocha”. Como no me guste la culpa será de Terreiro.
ResponderEliminarM.A.