Suele decirse que nadie ha sabido describir el alma humana como lo hicieron Shakespeare, Cervantes o Moliére. Leyendo a Carlos Castilla del Pino, el intento mas serio de aprehender la conducta de los seres humanos que conozco, llama la atención la gran cantidad de referencias que hace a estos autores y a otros como Baroja, Kafka o Unamuno. Pero lo que cuentan estos genios no se acerca ni de lejos a las entrañas de los tipos infames que campan a sus anchas en los ambientes laborales del siglo XXI. Tipos complicados, con apariencia de buena gente, de probos cumplidores de horarios y ordenanzas, de compañeros fieles y leales hasta que huelen algo que les interesa en la batalla. Entonces no se detienen, tensan las mandíbulas, afilan los colmillos y se lanzan a degüello sobre la corza herida. Y ya no hay quien les pare hasta que digieren su bocado. Entonces, solo entonces, vuelve la paz a la sabana. Fíjate bien, hermano. Se reconocen por su dominio de las tres emes: la maledicencia, la manipulación y la mentira. Ni siquiera Ricardo III, el rey de los villanos, fue capaz de llegar a tanta infamia como puede hacerlo uno de estos grises funcionarios. No ha nacido el fabulista que sea capaz de dibujar la violencia que subyace en el abrazo y la falsa sonrisa de los dueños de lo cotidiano. Así pues, a nuestros novelistas psicólogos, que les vayan dando.
Tipos Infames
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Ian Gibson, macerándose en aromas de mileniotres: "Buñuel estaba seducido por el mito del macho y temía hablar de la homosexualidad". Hay que estar muy seguro de algo para ser tan sincero con la intimidad de los otros.
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Buena suerte.
ResponderEliminarch.
Me llama mucho la atención tu primer párrafo.
ResponderEliminarch
Eso, buenas tardes y buena suerte
ResponderEliminarAclara el primer párrafo, que defines pero no rematas. Y eso no.
ResponderEliminarch
Coño, Ch, que nos falta la gran novela del siglo XXI. ¿ O no está claro? Mucho Chirbes, mucho Marías, mucho Piglia, pero el cronista de lo gris ¿donde anda?
ResponderEliminarSarapo, a las cosas... para explicar un sucedido no hace falta escribir una novela. Además, ¿quién quiere novelas cuando vive inmerso en la sociedad del espectáculo rodeado de miles de emisoras de cine, de series, etc?
ResponderEliminar¿No era Pla el que decía que el que lee novelas después de los 35 es un imbécil?
ch
Ch, hay que captar la ironía. Somos de Pla hasta la muerte. Y mas allá.
EliminarParece que "manos limpias" abre sede en el pueblín. Me pregunto si lafoca estará invitada.
ResponderEliminarch
Hoy empieza la T4 de The good wife.
ResponderEliminar¿Dónde? ¿Dónde?
ResponderEliminarch
Ahora mismo en Fox.
EliminarEstoy invitada porque soy miembra de la directiva de CyDC, no te fastidia el ch.
ResponderEliminarQ suerte, tras la inauguración a cenar en La Chalana!
ResponderEliminarch
Siempre ha sido así. Una manada de hombres trabajan, sudan, luchan por el pan; riñen, se insultan, se pelean. Todo por obtener pequeñas ventajas sobre los demás. Un día, todo llega a su fin, desaparecen de un mundo donde no tuvieron la menor importancia, donde no consiguieron nada, donde no han dejado señal alguna de que han existido. Tal vez, con suerte, en unos hijos que les recordarán algunos días y luego los olvidarán para siempre. Luego, otra manada ocupará su lugar para desvanecerse como ellos se desvanecieron. Para conseguir ¡nada! Así fue y así será.
ResponderEliminarUstedes (nosotros, tampoco me las voy a dar de importante) viven en mundos cultivados. En estos tiempos, siempre que escucho las llamadas al orden y la paz en la sabana por parte de los que mandan, pienso en mi padre. En el verano de 1986, terminados los estudios y con poca pasta para ir a servir a la patria, le pedí que me consiguiera un curro en cualquier obra, para hacer unas pelas en cuatro meses. Algún día contaré el porqué tiré a uno de un andamio a cuatro metros del suelo. Pude haberlo matado. No estoy seguro de que me hubiera importado. Echo de menos aquello, en este mundo cultivado de grises funcionarios, porque ya lo saben ustedes, el castigo duro, el verdadero, nunca recae en nadie más que en la persona equivocada.
Acaba de salir y ya la ha leído. Joder. ¿Leyó Blanco nocturno?
La compré el viernes tarde y la liquidé el lunes. Eso demuestra que es buena. Blanco Nocturno me gustó...pero no tanto.
ResponderEliminarel post de hoy es interesante. Pero ahora no tengo tiempo.
BT
Aunque es de memoria, entre 'Una manada ' y 'han existido ' tendría q haber puesto comillas, se me pasaron.
ResponderEliminarBlanco nocturno y Respiración artificial las tengo.
Harper, no habia visto la foto del otru día .Pa un allegau como yo, ye inquietante , al soname la cara ( no tanto el cuerpo ) de alguno de ellos /as.
ResponderEliminarUn abrazo a les peñes del Barsa de fuera de Cataluña !
Sirkan, tú necesitas una foto pa ti solu. A ver si la hacemos un día ahí debajo de tu casa, con Pelayo detrás.
Eliminar¿Pagan mucho de luz y/o gas?
ResponderEliminarwww.quieropagarmenosluz.org.
M.A.
Tipos Infames.
ResponderEliminarOpino como BT en lo de que el post es interesante. Tampoco es que ande con tiempo. Esta semana he tenido delante los hechos que tan bien defines con tres M. Es un lujo que a uno se lo den pensado y bien escrito. Me hace parecer más listo y certero de lo que soy. O menos imbécil, según Pla.
¡Ah, y cosa insólita! Al tipo lo han pillado y dado media, tampoco hay que exagerar, voltereta.
ResponderEliminarMi psiquiatra no sabe lo que es una integral doble. Al contrario que muchos de letras, no soy clasista. Los de ciencias creo que hemos tenido de siempre muchos menos complejos sociales. Los de letras, suelen vivir subyugados en sus odiosas apariencias estéticas. A la mínima de cambio les dominan meticulosos escrúpulos. Soy un niño fino, delicado, gordito, pero a mí, una mopa, una fregona o el fregadero de los platos, dado el caso, no me parecen tan graves, no como para morirse de asco. Otra cosas son los horarios leoninos. Solo es perder algún tren o no nacer con una determinada y concreta capacidad tecnológicamente social.
ResponderEliminarArrastro una dislexia grave, se me hace bastante duro disfrutar de una buena lectura, que sé que lo es, porque me atrapa en mi imaginario, rápida y emocionalmente; hasta hace bien poco que no descubrí el tono funcional, musical, de la puntuación, no les digo más. No voy a decir que me guste, escribir puede que sea algo inefable, que algunos les da de comer o una determinada posición social, pero que en la mayoría de casos, con las raras excepciones de, sí, algún clásico, no les veo más mérito que esa estricta habilidad limitada de dominar un balón ridículo, una destreza acotada, igual que jugar con series de Fourier. Se repiten como la ensaladilla resesa (galicismo). Inversamente, conozco gente muy lista que a duras penas sabe hablar. Y por supuesto, nada estirados, mucho más desenfadados que mucho centrípeto que va ejerciendo de hipercrítico cíclico por la vida.
Yo feliz, me han hecho tío de trillizas (sin buscarlo ni ná). Y sigo rellenando huecos, aún a tiempo de aprender algún otro más grato oficio, vocacional, que tengo a tiro.
Pese a todo, me veo excesivamente llano.
Excelente
EliminarNo me gustan tanto mis riesgos. Galicismos de Galicia.
ResponderEliminarMe gusta la manera en que Ana Botella ha toreado el asunto del café con leche. Ha demostrado mucha más inteligencia y sentido del humor que, por ejemplo, el agrio de su marido.
ResponderEliminarA mi el café con leche me recuerda a la peli de Rebollo, "La mujer sin piano". Es sinónimo de Lavapiés, de tasca cutre alrededor de la calle Atocha, de espuma de leche en vaso largo mientras amanece y un recogedor de la basura entra al bar a jugarse el cambio en una tragaperras. Eso es el café con leche. En la plaza mayor mejor un bitter kas o un campari con soda, que es la bebida de los snobs.
Me ha gustado lo que dice ancr.
BT
Me gusta la manera en que Ana Botella ha toreado el asunto del café con leche. Ha demostrado mucha más inteligencia y sentido del humor que, por ejemplo, el agrio de su marido.
ResponderEliminarA mi el café con leche me recuerda a la peli de Rebollo, "La mujer sin piano". Es sinónimo de Lavapiés, de tasca cutre alrededor de la calle Atocha, de espuma de leche en vaso largo mientras amanece y un recogedor de la basura entra al bar a jugarse el cambio en una tragaperras. Eso es el café con leche. En la plaza mayor mejor un bitter kas o un campari con soda, que es la bebida de los snobs.
Me ha gustado lo que dice ancr.
BT
En la plaza mayor, bocata calamares
EliminarMe gusta la manera en que Ana Botella ha toreado el asunto del café con leche. Ha demostrado mucha más inteligencia y sentido del humor que, por ejemplo, el agrio de su marido.
ResponderEliminarA mi el café con leche me recuerda a la peli de Rebollo, "La mujer sin piano". Es sinónimo de Lavapiés, de tasca cutre alrededor de la calle Atocha, de espuma de leche en vaso largo mientras amanece y un recogedor de la basura entra al bar a jugarse el cambio en una tragaperras. Eso es el café con leche. En la plaza mayor mejor un bitter kas o un campari con soda, que es la bebida de los snobs.
Me ha gustado lo que dice ancr.
BT
La maldad moderna es la maldad deportiva. Esa mierda de la competición y la codicia. Ese ganar o perder.
ResponderEliminarYo lo observo en mi vivencia futbolera que es un laboratorio perfecto para descifrarse a uno mismo desde un ente ficticio pero de apariencia real.
Competir es cosa de subnomales.
BT
También me ha gustado. Fíjese si le entiendo que hasta la aclaración sobre el galicismo la vi innecesaria. Escribir es cosa de subnormales.
ResponderEliminarA través del manifiesto, se pretende «defender una tradición buena y elogiable desde la consistencia que propicia el razonamiento intelectual, desde la perspectiva de los profesores de Universidad, para romper el mito de que sólo lo hacen personas rudas y bárbaras». El Toro de la Vega, estas tradiciones locales tan nuestras, tan españolas… Qué gran problema de marketing tenemos como nación.
ResponderEliminarSer del Real Madrid es cosa de subnormales.
ResponderEliminarHombre, Foca, a ver si voy a tener que animarte yo¡¡
EliminarEl fútbol tiene unas leyes. Y no se puede violentarlas. Al Madrid hay que darle un año de calma.
Mañana una gran familia española se va al Molinón.
ResponderEliminarJajaja¡¡ Uno del Depor y una del Potin van al fútbol con dos del Madrid¡¡¡ Interesante¡¡¡ Los niños sí que saben¡¡
EliminarYo ya no voy.
ResponderEliminarEntre tanta Operación Barbarroja, Operación Azul y movimientos envolventes de las divisiones Panzer sobre Tobruk, releo a Piglia. Dice que todos los que son demasiado inteligentes necesitan un ayudante para pensar con él y no caer en el delirio. Va a ser eso.
Competir está bien. Perder es una cosa, la desgracia otra bien distinta.
El fútbol es para subnormales entre otras cosas porque es un robo a mano armada.
ResponderEliminarSerá por calma. Antes teníamos un gran entrenador que no ganaba casi nada pero le metía el dedo en el ojo a Tito, ahora un pasmarote imbuido de espíritu bosquiniano que va a ganar menos todavía.
ResponderEliminarNo hombre no. Como Xosé Mourinho no hay nadie. Pero Carlotti volverá a haceros grandes.
EliminarEl inductor del manifiesto por el Toro de la Vega es un gran amigo mío y un buen conocido del autor de este blog. POr cierto varios de ellos ya han sido amenazados de muerte.
ResponderEliminarTerreiro
¿Solamente amenazado? Una pena que no ejecuten a esa decena de malnacidos.
ResponderEliminarComo si es el autor del blog mismo. No creo que necesite explicarle nada de esas amenazas. Toda sociedad soporta su porcentual de pirados. A veces creo que los nuestros están siempre en el Gobierno. En cuanto a lo otro, es sólo una costumbre de una nación que ya es un cadáver enfriándose y poniéndose rígido al que le siguen creciendo las uñas. Un bien antropológico, dicen. Eso creo que también lo he leído de la ablación.
ResponderEliminar"Estamos abiertos a que otras personas contraargumenten este manifiesto, pero con un nivel intelectual elevado y no con falsas premisas y manipulaciones”
Ah, bueno, entonces me callo.
¿Del madrí? Meca, con todo respeto, me está descuidando la educación de esos guajes.
ResponderEliminarVacaciones. Chao.
M.A.
A mí me parece de bárbaros el Toro de la Vega.
ResponderEliminarP.
Es que lo es y esto no lo puede negar nadie.
EliminarLa culpa de que estemos con el rollo del Toro de la Vega es de Walt Dysney. No lo dudéis. Por mi parte estoy con el Manifiesto y mas allá.
ResponderEliminarLo repugnante es el voyeurismo tanto de extranjeros como de paisanos, que la muchachada farde a través de semejante y primitivo ritual. La violencia como entretenimiento, la de los videojuegos, debe ser una fantasía individual, no un espectáculo de masas, factor de cohesión social. Abajo la fiesta Nacional. A favor de comer carne y de la caza y la pesca regulada como deporte solitario.
ResponderEliminarA ver si se nos van a volver psicópatas, en grupos reducidos.
ResponderEliminarDe hecho, es así. Existe un abismo entre el enfoque de la caza tenida como un espectáculo. Si se prohíben las peleas públicas de animales con mayor razón la del Toro de la Vega.
ResponderEliminarPues díselo a nuestro común amigo, Juanjo, se llevará una alegría. Yo tambien soy del Toro de la Vega. Me repugnan, además, los besitos en el hocico de los perros y que haya señores que en el bar piden agua mineral para sus ridículos cánidos..Pero lo reconozco, mi mundo era otro. Igual que no entiendo que haya 50 voluntarios dispuestos a cambiar su vida por la del toro. Eso me parece un dislate mayor, y el conocimiento bastante amplio que tengo de los activistas animalistas me parece que los deja en muy mal lugar. Aunque no diré que lugar es ese.
ResponderEliminarTerreiro
Terreiro
Ok Terre, le escribiré, desde luego.
ResponderEliminar¿Hay señores que piden agua mineral para sus perros, dónde, en El mundo de París Hilton? Joder, y yo preocupado por el paro. También mi mundo parece otro.
ResponderEliminarSí, Walt Disney y la conspiración judeomasónica.
M.A.
Ni amongolamiento ni barbarie. Vaya par de extremistas tenemos en Sarapo y Terreiro.
ResponderEliminarUNA DE WALT DISNEY.
ResponderEliminarDesengáñese usted—me decía un viejo aficionado—. Ya no hay toros...
El viejo aficionado, como todos los viejos aficionados, creía que los toros se dividen en mansos y bravos, y que la especie de estos últimos está extinguiéndose. Por mi parte, yo he adquirido el convencimiento de que todos los toros son igualmente mansos, y de que si en la plaza tratan, a veces, de matar a los toreros, es por la misma razón en virtud de la cual los toreros tratan—también a veces—de matar a los toros: para entretener al público. Días atrás estuve en una ganadería. Los toros pacían por allí de una manera perfectamente bucólica, dejándose acariciar de los vaqueros y de los visitantes.
—¿Y éstas son las fieras?—dije yo.
—¡Hombre!—me contestaron—. ¿Qué quiere usted que hagan aquí? Ya las verá usted en la plaza...
Esto de suponer que el toro no desarrolla su verdadera naturaleza de fiera mientras no llega a la plaza, es algo así como imaginarse que el tigre tampoco desarrolla la suya hasta que lo llevan a un circo. Si en el interior de África nos enseñaran unos tigres muy sociables, y si ante nuestra estupefacción nos dijeran que esa sociabilidad era natural y que esperásemos a ver a los tigres en Price, esta contestación nos parecería bastante absurda. Pues igualmente absurda me pareció a mí la contestación que me dieron en la ganadería sobre la ferocidad de los toros.
No. El toro no es un animal más feroz que el torero. Es, al contrario, una bestia pacífica que ama la naturaleza y que sigue un régimen estrictamente vegetariano. Algunos se dejan lidiar, y el público los llama bravos. Ahora, sin embargo, la mayoría parece que van a declararse en huelga. Yo he visto recientemente un toro que, a los dos minutos, se dio cuenta de que todo en la plaza estaba organizado en contra suya y adoptó una actitud que pudiéramos llamar de cuernos caídos. Los toreros corrían detrás de él enseñándole unas telas vistosas y llamándole con sus voces más dulces; pero todo era en vano. A veces, el toro se paraba un instante y parecía que iba a dejarse conquistar. Unos toreros le sonreían con sonrisa tentadora. Otros procuraban excitar su orgullo... El toro reflexionaba un rato. Luego hacía un movimiento de cabeza como diciendo:
—¡No! ¡Nunca!... Este negocio no me conviene...
Y seguía su camino, insensible a todos los requerimientos.
Fue entonces cuando el viejo aficionado me dijo que ya no había toros:
—Ya no hay toros. Ya no hay emoción. ¡Vaya un veranito el que nos espera!
Y yo, condolido, le di lo que consideraba un buen consejo.
—Váyase usted al Congreso—le dije—. Un viejo aficionado como usted no lo pasará allí del todo mal.
Julio Camba. La huelga de cuernos caídos.
Querido M.A. La terraza del bar El largo adiós en Valladolid, y le aseguro que Paris Hilton todavía no ha pasado por allí.
ResponderEliminarTerreiro
Querido Terreiro, ahora empiezo a comprender cómo es que tienen ustedes el alcalde que tienen.
EliminarM.A.
Por cierto acabo de ver Mud. Ideal para ver con adolescentes o preadolescentes. A mi hijo le ha gustado mucho y se ha dado cuenta que existen otras cosas en el cine actual además de los efectos especiales. Solo le sobra una escena y muy poca música. El doblaje deleznable, como siempre.
ResponderEliminarTerreiro
¡Anda! Se la iba a recomendar acordándome de su teoría de que en el cine actual los hombres... etc.
ResponderEliminarNo hace falta caer en lo grotesco de igualar en derechos a los seres humanos y a los amimales. Los animales no tienen derechos. Tratar bien a un animal es precisamente una prueba de humanidad, aunque creas, como en mi caso, que carecen de derechos. ¿Que hay idiotas que piden agua mineral para su perro? Vale. Llevando el discurso a lo absurdo también se podría decir: mira ese anormal, regando sus inútiles rosas con agua, mientras en el Sahel los niños mueren de sed.
ResponderEliminarNo encuentro nada, ni estético ni cultural, en perforar a un toro con una lanza. No entiendo qué se obtiene con ello ni qué extraña pulsión obliga a alguien a hacer eso. No entiendo por qué se tira una cabra de un campanario, o por qué se cuelga a un ganso de una cuerda y un mozo se cuelga del pescuezo hasta que le arranca la cabeza. Me produce vergüenza que se ahorquen a los galgos que ya no sirven.
No tiene nada que ver con Walt Disney. Es que provocar sufrimiento gratutitamente me parece de bárbaros.
P.
Así explica un tal Miguel Ángel Quintana, profesor de ética periodística y promotor del manifiesto, el objetivo de la fiesta:
ResponderEliminar"una celebración en la que se ponen de manifiesto los mejores valores de una persona: la valentía, el afán de superación y la inteligencia para superar a un toro", ha señalado.
Toma ya. Hay que demostrar que se es más inteligente que un toro. Eso es todo. Nada menos. Nada más. Profesor. Aplausos. Catedrático! Catedrático!
P.
hay que contextualizarlo, hombre.
EliminarCierto. Ahora que lo leo otra vez... "Valentía, afán de superación, inteligencia"... No me había dado cuenta de que es... ¿una terapia?
ResponderEliminarP.
Mi aplauso al post de P. de las 10.05.
ResponderEliminarM.A.
¿No habrán dejado un boleto de primitiva en Coruña?
ResponderEliminarch
Toda mi teoría taurina gira alrededor de la tarde en que conseguí el autógrafo de Paquirri. Y todo para que 31 años después pudiera decirle a su hijo mayor, yo tengo un autógrafo de tu padre. Y que él pensara: por gilipollas así murió mi padre en la plaza.
ResponderEliminarBT
Toros sí Toros no
ResponderEliminarEspaña es una tragedia
ch
Paquirri cuando todavía era un chaval y toreaba novilladas sin picadores venía a casa de mis padres a dormir, así se ahorraba la pensión. Luego no se acordó mucho de nosotros pero mi padre no le guardaba ningún rencor y era acérrimo paquirrista.
ResponderEliminarTerreiro
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ResponderEliminarEste comentario ha sido eliminado por el autor.
ResponderEliminarLo que se va a ver a una plaza es la valentía de un hombre jugándose la vida. No se va a ver morir a un toro sino a ver vivir a un hombre.
ResponderEliminarMe parece bien que no seamos crueles con los animales. La compasión con ellos es un lujo que hoy en día –siglo XXI- nos podemos permitir. El hombre ha dominado a todos los animales de tal manera que ahora ya todos –todos- son nuestras mascotas. Hace 150 años esas cosas que nombra P no le parecían mal a nadie y hoy sí. Pero es que a una mascota no se la maltrata.
Lo de Disney no es ninguna broma. En nuestra infancia hemos visto tantas películas humanizando a los animales que ahora nos estremece la menor molestia a un animal.
Lo que se va a ver a una plaza son a unos hijos de puta en la grada y en el ruedo maltratando animales. Hace 150 años Lincoln todavía no había proclamado el acta de emancipación de los esclavos, época de felicidad para Marcos ya que podía tocarle las tetas y el culo a las asquerosas negras.
ResponderEliminarEvidentemente los toros han evolucionado. Ya se protegen los caballos...Incluso se protege al toro de sí mismo haciéndole perder bravura. Pero en general siguen siendo tan bellos como en las pinturas de Goya.
ResponderEliminarNo hay nadie que ame más a un toro que a los hijos de puta que nos gustan. Al resto les dan más o menos igual. Lo que pasa que el insulto hace gozar una barbaridad.
ResponderEliminarTerreiro