Llega por correo urgente, traído por el
cartero a lomos de caballo, LA BALADA DEL BAR TORINO, el primer libro de Rafa Lahuerta, con quien tanto hemos reído. LA BALADA DEL BAR TORINO será, sin duda,
un éxito pese al estupor y los temblores de su autor que deambula por Valencia
como un padre primerizo, según me cuentan los faunos.
LA BALADA... es la historia real de la
vida su autor, entreverada con las
muescas que han ido dejando en su espalda los miles de novelas devoradas, los
cientos de películas vistas, las decenas de canciones de amor tarareadas, sus
amores, su familia y sobre todo, su Valencia, la ciudad mas antimelancólica de
España, la ciudad a capas….
Conocí a Rafa cuando era Nodigakempesdigagol, en aquella gran
trama de afectos que se creó al calor de la fogata de Arcadi Espada. Al poco
tiempo, Rafa mutó y se convirtió en dos. En dos personajes a cual mas
entrañable: El pastelero trotskista,
su verdadera ocupación en las noches valencianas, y El Viejo Casale, trasunto ché del protagonista del cuento de
Fontanarrosa. Desde las gradas de Mestalla y desde la piel del Viejo Casale,
del hincha dispuesto a morir por los colores, Rafael Lahuerta Yúfera
revolucionó Mestalla al coserle literatura y filosofía a un género apenas
trabajado: la pancarta. Las pancartas de Rafa y sus aliados pasaron a formar
parte del imaginario común de quienes disfrutamos tanto con el fútbol como con
la literatura como con una buena corrida o con una buena faena por naturales
sobre la mano izquierda. Aquella forma de recibir a Roberto a su vuelta del
Barsa: “Roberto, tú tienes la palabra…” o el “Subi, leyenda y fidelidad” con el
que despidieron al gran Javier Subirats. Rafa Lahuerta y su tropa, en un afortunado exceso
de orgullo, crearon una forma diferente de animar a un equipo de fútbol en
torno a un nuevo concepto: la pancarta
ilustrada.
LA BALADA DEL BAR TORINO es un gran libro y tendrá éxito. Hace
tiempo que su autor supo que al ser humano lo mueven el miedo y el deseo, los
invisibles hiladores de los sueños, las emociones, las pasiones y que le sobran y le
estorban las razones. Y que la soledad bien gestionada es la marca imprescindible del hombre libre. Rafa y yo nos amistamos cuando supimos que ambos éramos
huérfanos de padres con muertes tristes que, cuando fuimos niños, hacían lo posible por llevarnos todos los
domingos al fútbol de la mano. Y hasta ahora.
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El Gobierno aragonés quiere cerrar
ARCADIA- Fundación Agustín Serrate en Huesca, uno de los centros de
rehabilitación laboral más estimables que tenemos en España. Uno ya no sabe cuando hemos perdido la chaveta en esta carrera hacia ninguna parte. Porque no
creo que esto sea producto de ninguna evaluación que tenga en cuanta la efectividad
clínica de las intervenciones ni siquiera de su eficiencia, palabra adorada por
los gestores integristas. Si hay un elemento rehabilitador, recuperador en
la asistencia psiquiátrica ése es el trabajo, la ocupación. O sea, lo que con
sumo esmero, constancia y dedicación llevan haciendo desde hace décadas los
profesionales de dicho centro.
A la par que me informo sobre el desastre
que se cierne sobre Huesca voy leyendo la última obra de Albert Jovell, el
médico que tanto tiró por las asociaciones de pacientes desde su posición de
enfermo de cáncer. Jovell escribió un gran libro: Cáncer, biografía de una supervivencia, magistral relato sobre la
transformación anímica, biográfica y biológica de un paciente oncológico en
tratamiento y lucha por su vida.
Pero también tiene otra pequeña joya que
se titula TE PUEDE PASAR A TI, que es un lúcido opúsculo sobre la necesidad de conservar una sanidad pública de calidad para mantener una cohesión social que es imprescindible
para que un país progrese en lo económico y en lo democrático. El librito no
tiene desperdicio. Escribe Jovell, entre otras muchas perlas: ¿Dónde está el
respeto a la dignidad humana como valor singular de la persona en ese modelo
que distingue entre sanidad para ricos y para pobres? ¿Quién querrá invertir en
la sanidad que atiende la dignidad humana de las poblaciones vulnerables? Y
pienso en el Plan para Trastornos Mentales graves que se quiere imponer en
Asturias. Y pienso en ARCADIA. Y pienso en las dificultades habidas para cerrar
Zaldíbar. Y pienso en el rebrote de hospitales psiquiátricos en Madrid….Y
pienso que con desigualdad no es posible la libertad. Y se me ocurren dos
añejas palabras para tatuarme en la frente cualquier noche de farra: JUSTICIA Y
SOCIAL. Justicia para el pobre, Justicia necesaria como el aire que exigimos trece veces por minuto....
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Artur Mas impertérrito y Junqueras llorando.
Como bien dice Alvaro Pombo: lo importante no es follar, sino sentir. (tomado del Unplugged dominical del gran Jabois)
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Que la memoria era el amor. (Roberto
Bolaño)
Buenas noches. Y buena suerte
ResponderEliminarEnhorabuena, Rafa.
ResponderEliminarch
Y mucha suerte.
ResponderEliminarUn libro cuyo segundo capítulo se titula "Gorgos, 6" ha de ser por fuerza leído.
ResponderEliminarNo solo leído. Estudiado nes escueles.
ResponderEliminarcaray Sarapo, que bonito.
ResponderEliminarmil gracias
BT
Maria Fanjul, guapísima.
ResponderEliminarNos conocimos aquí, en el blog de Sarapo. Cruzamos algún correo y un verano fui a Valencia y quedé con él. Contó nuestro encuentro poniéndome por las nubes. Hablamos de esas historias que nos obsesionaban y queremos rematar escribiéndolas.
ResponderEliminarBT lo has hecho.
He vuelto a leer las galeradas del libro que me mandó por correo. Algo sabía por conversaciones anteriores, como que el primer horno familiar y la papelería estaba y está enfrente de donde viví “huérfano” en Valencia …